Las hormonas relacionadas con la tiroides juegan un rol importante en la correcta evolución de la gestación. Actualmente, existen diversas alternativas médicas para que la mujer con hipertiroidismo o hipotiroidismo pueda quedar embarazada y llevar su embarazo sin complicaciones.
La tiroides es una glándula que se encuentra en la parte inferior del cuello, por delante de la tráquea. Su función principal es regular la velocidad de la funciones de todas las células de nuestro cuerpo por medio de la producción de dos hormonas principales: la T4 o tiroxina, y la T3 o triiodotironina. Existen diversas alteraciones tiroideas, entre las que se destacan el hipotiroidismo y el hipertiroidismo:
• El hipotiroidismo ocurre cuando hay poca hormona tiroidea. Entre los síntomas más comunes se encuentra cansancio, desconcentración, aumento de peso, piel seca y constipación. En la adultez también genera alteración de la función ovárica, debido al aumento en la prolactina y la falta
de tiroxina. Está asociada a alteraciones del ciclo menstrual.
• El hipertiroidismo se da cuando existe una alta producción hormonal tiroidea. Se manifiesta con pérdida de peso, insomnio, taquicardia, sudoración profusa y temblores. En la mujer hipertiroidea, suelen presentarse alteraciones del ciclo menstrual.
Las hormonas relacionadas con la tiroides juegan un rol importante en la correcta evolución de la gestación, es por eso que el Instituto de Diagnóstico e Investigaciones Metabólicas (IDIM) brinda consejos y datos acerca de la función de esta glándula en el embarazo. Durante esta etapa de la mujer, el funcionamiento tiroideo es importante en las siguientes etapas:
• Fundamentalmente durante el primer trimestre porque en ese período la madre traspasa las hormonas tiroideas al bebé para su desarrollo neurológico y crecimiento.
• Durante el segundo y tercer trimestre el feto ya comienza a producir sus propias hormonas y el aporte es en conjunto con la madre.
“Las alteraciones de la tiroides se pueden detectar y tratar; existen hoy en día diversas alternativas médicas para que la mujer que presenta hipertiroidismo o hipotiroidismo pueda quedar embarazada y llevar adelante sin complicaciones su embarazo. Es indispensable el control de la función tiroidea antes, durante y después del embarazo. Esto es muy importante dado las complicaciones tanto maternas como fetales que pueden ocurrir de no corregir el hipotiroidismo”, explica la describe La Dra. María Belén Zanchetta, especialista en Endocrinología del Instituto de Diagnóstico e Investigaciones Metabólicas (IDIM).
Entre las complicaciones maternas se encuentran el aborto del primer trimestre, desprendimiento de placenta, pre eclampsia y hemorragia postparto. Por otro lado, las complicaciones fetales pueden ser disminución de peso, prematurez, retardo del crecimiento intrauterino y distress respiratorio.
El hipotiroidismo en el embarazo
Una mujer que padece hipotiroidismo puede embarazarse, pero si el hipotiroidismo es importante hay altas posibilidades de que le lleve más tiempo lograr el embarazo, debido a que puede no ovular todos los meses.
Las mujeres que ya presenten hipertiroidismo deben ser especialmente controladas durante los nueve meses de embarazo y en el postarto.
En algunos casos, puede producirse una leve alteración de la función tiroidea, conocida como hipotiroidismo subclínico, por lo que algunas personas no saben que tienen hipotiroidismo. Es muy importante de diagnosticar y tratar en el embarazo dado que es una entidad bastante frecuente, y puede ser causa de abortos recurrentes.
El hipertiroidismo en el embarazo
En principio se recomienda primero tratar el hipertiroidismo y después buscar el embarazo.
De quedar embarazada, los controles deben son mensuales y con el endocrinólogo. Aunque el tratamiento ideal para el embarazo no se encuentra en Argentina, sí existe una medicación que se puede continuar dándola a dosis mínimas. También es fundamental controlar bien al bebé, porque los anticuerpos que producen el hipertiroidismo en la madre suelen atravesar la placenta y provocar un estado similar en el bebé -con retardo en el crecimiento intrauterino y manifestaciones cardiovasculares.
Puede presentarse aumento del tamaño de la tiroides (conocido como bocio) sin compromiso de la función ni la fertilidad, que también debe controlarse.
El rol del Yodo en el funcionamiento de la tiroides
El bocio, e incluso el hipotiroidismo, pueden producirse si hay déficit de Yodo, que cumple un rol importante en el funcionamiento de la tiroides. Sus necesidades se incrementan en el embarazo para el mantenimiento de la producción de las hormonas tiroideas, por la necesidad de transferir Yodo al feto para la producción fetal de hormonas tiroideas.
El yodo está presente en varios alimentos, verduras, legumbres, leche, huevo, frutos, pescados, entre otros; además, para evitar el déficit, también se ha yodado la sal. Con su ingesta puede lograrse el equilibrio de esa sustancia en el cuerpo.
Cáncer de tiroides y embarazo
Es importante mencionar el cáncer de tiroides, ya que las pacientes que tienen diagnóstico previo y han realizado tratamiento con Yodo radioactivo no deben embarazarse por 6 a 12 meses. Por otro lado, las pacientes diagnosticadas durante el embarazo se les realiza el tratamiento quirúrgico durante el segundo trimestre o se aguarda hasta el post parto, evaluando siempre riesgo y beneficios.
Por lo tanto, se debe consultar con el especialista al conocer la noticia del embarazo. Son sumamente importantes los controles durante el embarazo y se deben realizar cada dos meses y durante el postparto.
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29.7.15
21.8.13
Tiroides: el beneficio del diagnóstico precoz
Las enfermedades de glándula tiroidea pueden afectar a casi todos los órganos del cuerpo. Son entre 5 y 7 veces más frecuentes en mujeres que en hombres
La tiroides es una glándula que controla ciertas funciones importantes del cuerpo. Las enfermedades de la glándula tiroidea pueden afectar a casi todos los órganos del cuerpo y ocurren más en las mujeres que en los hombres. En algunas mujeres ocurre durante o después de un embarazo.
Virginia Mariani, coordinadora de Programas Especiales Endocrinología y Marcadores Tumorales de la Fundación Bioquímica Argentina, explicó que si la glándula tiroides falla, "el funcionamiento del cuerpo también lo hará".
"Su función normal es la de producir tres hormonas: tiroxina (T4), triyodotironina (T3) y calcitonina. Las T4 y T3 están involucradas en el metabolismo del cuerpo, estimulan casi todas las células corporales, que a su vez afectan a las funciones vitales. Es fundamental el rol del laboratorio clínico en el diagnóstico temprano de afecciones tiroideas mediante pruebas directas que evalúan la función de esta glándula endocrina", indicó Mariani.
La especialista comentó que las determinaciones de hormonas tiroideas (T3 y T4) y TSH (tirotrofina) "son clave para el diagnóstico de condiciones de hipo e hipertiroidismo, así como las pruebas que detectan presencia de anticuerpos como indicadores de enfermedad tiroidea autoinmune".
"Las hormonas tiroideas (T3 y T4), se unen a determinadas proteínas y circulan por el torrente sanguíneo, parte libres, y otra parte unidas a proteínas, por lo que las alteraciones de las proteínas interfiere en los niveles de estas hormonas, aunque solo los trastornos de la secreción hormonal producen cambios de los niveles de hormona libre", indicó.
Los análisis de laboratorio cuentan con la cobertura de todas las obras sociales así como su tratamiento. Considerada una enfermedad crónica, es crucial el diagnóstico temprano. Los desórdenes tiroideos son entre 5 y 7 veces más frecuentes en mujeres que en hombres, con una prevalencia del 5 al 10% en las mujeres.
El estudio del tiroides se basa en dos tipos de pruebas: las que informan sobre su actividad funcional y las que dan información sobre el tamaño, forma, configuración y estructura anatómica de la glándula, presencia o no de nódulos, entre otras, y que constituyen los estudios morfológicos. El examen de la función tiroidea es un grupo de pruebas que se utilizan para evaluar cómo está funcionando.
Las pruebas de laboratorio para valorar la función tiroidea se pueden dividir en cinco categorías:
* Pruebas directas de la función tiroidea
* Pruebas relacionadas con la concentración y la unión de las hormonas tiroideas en sangre
* Índices metabólicos
* Pruebas de control homeostático de la función tiroidea y
* Otras pruebas (que si bien no valoran la función tiroidea si se usan en las enfermedades de tiroides).
¿Qué síntomas presenta una persona cuando falla su glándula tiroidea?
Cuando la glándula tiroides falla, lentamente el cuerpo deja de funcionar correctamente. Esta disminución gradual en el funcionamiento suele confundirse con la depresión o la demencia en los mayores. Los signos que presentan las personas que la padecen suelen ser hinchazón de la cara y los ojos, expresión facial pálida, cambios en la voz, aumento de peso, perdida de cabello y cambios en la piel.
¿Cómo se diagnostica un problema de la tiroides?
Es importante conocer la historia clínica de la persona como así también su antecedente familiar, se debe realizar un examen físico que incluya la palpación del cuello y un estudio analítico para poder evaluar los valores de las hormonas tiroideas y TSH. Los estudios de laboratorio son clave para el diagnóstico porque es la manera de medir los valores de la hormona.
"De este modo tan sencillo, una persona que padezca esta falla, podrá recuperar su vida, reducir los síntomas, controlarlos y convivir con una enfermedad que, tratada a tiempo y con especialistas, no le impedirá continua con su ritmo de vida habitual", concluyó la experta.
La tiroides es una glándula que controla ciertas funciones importantes del cuerpo. Las enfermedades de la glándula tiroidea pueden afectar a casi todos los órganos del cuerpo y ocurren más en las mujeres que en los hombres. En algunas mujeres ocurre durante o después de un embarazo.
Virginia Mariani, coordinadora de Programas Especiales Endocrinología y Marcadores Tumorales de la Fundación Bioquímica Argentina, explicó que si la glándula tiroides falla, "el funcionamiento del cuerpo también lo hará".
"Su función normal es la de producir tres hormonas: tiroxina (T4), triyodotironina (T3) y calcitonina. Las T4 y T3 están involucradas en el metabolismo del cuerpo, estimulan casi todas las células corporales, que a su vez afectan a las funciones vitales. Es fundamental el rol del laboratorio clínico en el diagnóstico temprano de afecciones tiroideas mediante pruebas directas que evalúan la función de esta glándula endocrina", indicó Mariani.
La especialista comentó que las determinaciones de hormonas tiroideas (T3 y T4) y TSH (tirotrofina) "son clave para el diagnóstico de condiciones de hipo e hipertiroidismo, así como las pruebas que detectan presencia de anticuerpos como indicadores de enfermedad tiroidea autoinmune".
"Las hormonas tiroideas (T3 y T4), se unen a determinadas proteínas y circulan por el torrente sanguíneo, parte libres, y otra parte unidas a proteínas, por lo que las alteraciones de las proteínas interfiere en los niveles de estas hormonas, aunque solo los trastornos de la secreción hormonal producen cambios de los niveles de hormona libre", indicó.
Los análisis de laboratorio cuentan con la cobertura de todas las obras sociales así como su tratamiento. Considerada una enfermedad crónica, es crucial el diagnóstico temprano. Los desórdenes tiroideos son entre 5 y 7 veces más frecuentes en mujeres que en hombres, con una prevalencia del 5 al 10% en las mujeres.
El estudio del tiroides se basa en dos tipos de pruebas: las que informan sobre su actividad funcional y las que dan información sobre el tamaño, forma, configuración y estructura anatómica de la glándula, presencia o no de nódulos, entre otras, y que constituyen los estudios morfológicos. El examen de la función tiroidea es un grupo de pruebas que se utilizan para evaluar cómo está funcionando.
Las pruebas de laboratorio para valorar la función tiroidea se pueden dividir en cinco categorías:
* Pruebas directas de la función tiroidea
* Pruebas relacionadas con la concentración y la unión de las hormonas tiroideas en sangre
* Índices metabólicos
* Pruebas de control homeostático de la función tiroidea y
* Otras pruebas (que si bien no valoran la función tiroidea si se usan en las enfermedades de tiroides).
¿Qué síntomas presenta una persona cuando falla su glándula tiroidea?
Cuando la glándula tiroides falla, lentamente el cuerpo deja de funcionar correctamente. Esta disminución gradual en el funcionamiento suele confundirse con la depresión o la demencia en los mayores. Los signos que presentan las personas que la padecen suelen ser hinchazón de la cara y los ojos, expresión facial pálida, cambios en la voz, aumento de peso, perdida de cabello y cambios en la piel.
¿Cómo se diagnostica un problema de la tiroides?
Es importante conocer la historia clínica de la persona como así también su antecedente familiar, se debe realizar un examen físico que incluya la palpación del cuello y un estudio analítico para poder evaluar los valores de las hormonas tiroideas y TSH. Los estudios de laboratorio son clave para el diagnóstico porque es la manera de medir los valores de la hormona.
"De este modo tan sencillo, una persona que padezca esta falla, podrá recuperar su vida, reducir los síntomas, controlarlos y convivir con una enfermedad que, tratada a tiempo y con especialistas, no le impedirá continua con su ritmo de vida habitual", concluyó la experta.
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Tiroides
15.2.13
Desarrollan campaña de concientización sobre el cáncer de tiroides
Es organizada por el Laboratorio
Genzyme y la Sociedad Latinoamericana de Tiroides.Su fin es difundir la
importancia del examen del cuello y la detección temprana de la patología.
Buenos Aires, febrero de
2013.- El Laboratorio Genzyme
y la Sociedad Latinoamericana de Tiroides (LATS por sus siglas en inglés),
organizan una campaña de concientización sobre el cáncer
de tiroides, la importancia del control del cuello y la detección temprana de
la enfermedad.
El cáncer de tiroides es un
tumor maligno de crecimiento habitualmente localizado dentro de la glándula
tiroides, la cual produce, almacena y libera hormonas tiroideas al torrente
sanguíneo. Su tasa de incidencia aumentó con el correr de los años en
comparación con otros tumores pero sin embargo, es uno de los cánceres que
tiene mejor pronóstico si se lo detecta y trata a tiempo. En las mujeres
constituye el 5% de todos los cánceres posicionándose en el 5°
lugar, pero entre los 9 meses, preparto y el año postparto asciende al 2º
puesto luego del cáncer de mama. En la mayoría de los casos es curable
con cirugía, rara vez produce dolor o incapacidad y existe un tratamiento efectivo
y tolerable.
El principal síntoma es un
bulto (nódulo) en la glándula tiroides, generalmente asintomático, de allí la
importancia de la visita al especialista endocrinólogo y el examen del cuello.
Puede ser descubierto por el propio paciente (al maquillarse o afeitarse),
durante un examen clínico de rutina (en la palpación del cuello), o como
hallazgo casual al realizar un estudio de imágenes por otra causa (por ejemplo
eco doppler de vasos de cuello). Los nódulos de gran tamaño pueden
producir dificultad para tragar o cambios en la voz.
El Dr. Marcos Abalovich,
presidente de LATS, destacó que “en Argentina no existen cifras exactas sobre
la incidencia de la enfermedad pero, en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores
se calcula que es de 6.51 casos/100.000 habitantes por año observándose un
incremento mayor al doble en los últimos 25 años”.
El diagnóstico se realiza en
base a una punción con aguja fina de un nódulo tiroideo o después de que el
nódulo es removido durante la cirugía. Aunque los nódulos tiroideos son muy
comunes, el mayor porcentaje es benigno, sólo el 5% son malignos.
“Mi Montaña”: un video
testimonial para concientizar
Con motivo de brindar
material preventivo a la comunidad pero conservando un mensaje esperanzador, Genzyme
con el apoyo de la Sociedad Latinoamericana de Tiroides, realizó el video
testimonial “Mi montaña” con Tomás Ceppi, guía de montaña, a quién le
diagnosticaron cáncer de tiroides en 2010. El montañista formó parte de una
expedición que en mayo de 2012 logró alcanzar la cumbre del Lhotse, la cuarta
montaña más grande del mundo, situada en la cordillera del Himalaya.
Según palabras de Abalovich,
“el testimonio de Ceppi transmite seguridad a aquellos pacientes que fueron
diagnosticados recientemente y tienen miedo acerca de su futuro. Con estas
palabras podrán ver que este tipo de cáncer tiene un pronóstico muy favorable”.
Acerca
de Genzyme
La
compañía Genzyme se ha dedicado al descubrimiento y desarrollo de productos y
servicios innovadores para mejorar las vidas de los pacientes con enfermedades poco
frecuentes. Desde hace más de 30 años, patrocina proyectos de investigación con
el objetivo de identificar nuevas oportunidades terapéuticas que resuelvan los
desafíos del cuidado médico actual. Con este compromiso, ha creado
centros de excelencia en ciertas áreas de la medicina donde ha desarrollado
productos innovadores y ha contribuido al conocimiento científico sobre el
curso de las enfermedades poco frecuentes.
Acerca
de la Sociedad Latinoamericana de Tiroides
La
Sociedad Latinoamericana de Tiroides (LATS www.lats.org),
es una Sociedad Científica fundada en 1974 con el fin de promover la
investigación básica y clínica sobre aspectos fisiológicos y patológicos
de la glándula tiroides. Ha buscado incrementar los conocimientos sobre
la glándula que lleven a una mejor comprensión de su funcionamiento y de las
enfermedades que la afectan conduciendo a un mejor diagnostico y
tratamiento de las mismas.
Desde
su fundación, LATS ha propiciado la Educación Médica Continua. Ha organizado y
auspiciado Congresos Internacionales, ha organizado Cursos en diversos países
de Latinoamérica y ha participado en reuniones con otras Sociedades
Científicas. Ha formado también Comités encargados de problemáticas especiales
tales como la deficiencia de iodo en América Latina, la detección neonatal del
hipotiroidismo congénito, las enfermedades tiroideas en el embarazo, etc.
Recientemente ha creado una Revista Médica Electrónica que permite la
actualización on line de los principales trabajos científicos publicados en el
mundo.
25.3.11
Cuáles son los síntomas del hipotiroidismo
Este desorden, que se genera por una baja producción de hormonas tiroideas, puede tener distintas causas y síntomas, ningún grupo de edad está exento y la prevalencia aumenta con la edad. A qué prestar atención y cuándo consultar
El hipotiroidismo es un síndrome caracterizado por el estado metabólico que resulta de la producción deficiente de hormonas tiroideas.
La tiroides está localizada inmediatamente por debajo de la nuez de Adán, en la parte inferior del cuello, por delante de la tráquea; tiene forma de mariposa y es una de las glándulas endocrinas más grandes del organismo. Su función principal es regular la velocidad de la funciones de todas las células de nuestro cuerpo por medio de la producción de dos hormonas principales: la T4 o tiroxina y la T3 o triiodotironina.
La causa más frecuente de hipotiroidismo en el mundo entero es el déficit de yodo; en tanto, la primera razón en zonas con suficiente yodo, como nuestra región, es autoinmunitaria, como la enfermedad conocida como Tiroiditis de Hashimoto.
"La Tiroiditis de Hashimoto se caracteriza por destrucción folicular con la consecuente muerte de las células tiroideas por anticuerpos antitiroideos, y tiene una incidencia de 4 cada 1.000 en mujeres y 1 cada 1.000 en varones por año. Presenta algunos factores de riesgo como la predisposición familiar, el embarazo si consideramos la predisposición a tiroiditis puerperal, el yodo y algunos fármacos, algunas infecciones (…). La edad y el sexo son también factores de riesgo, se presenta más en el sexo femenino y aumenta la prevalencia de la enfermedad con la edad", expresó María Virginia Busnelli, médica a cargo del Departamento de Endocrinología del Halitus Instituto Médico.
Síntomas
* Cansancio, debilidad.
* Sensación de frío.
* Edema duro de miembros inferiores.
* Párpados edematosos.
* Aumento del tamaño de la lengua, engrosamiento de mucosas faríngeas y laríngeas, voz gruesa.
* Piel seca, áspera y descamativa.
* Piel pálida y fría.
* Caída de cabello, disminución de cola de las cejas, uñas quebradizas y de lento crecimiento.
* Disminución de la frecuencia cardiaca.
* Disminución de la tensión arterial diferencial.
* Aumento de peso con disminución del apetito.
* Constipación.
* Enlentecimiento de todas las funciones intelectuales, incluyendo el habla.
* Pérdida de iniciativa, enlentecimiento del pensamiento, falta de memoria.
* Somnolencia marcada y letargo.
* Cefaleas.
* Parestesias en manos, síndrome del túnel carpiano.
* Disminución de los reflejos.
* Rigidez y dolores musculares que empeoran con el frío.
* Función reproductiva: Disminución de la libido y ausencia de ovulación. Disminución de la fertilidad y abortos a repetición.
* Disminución de la degradación de los lípidos, altos el colesterol total, los triglicéridos y el LDL.
La tiroides está localizada inmediatamente por debajo de la nuez de Adán, en la parte inferior del cuello, por delante de la tráquea; tiene forma de mariposa y es una de las glándulas endocrinas más grandes del organismo. Su función principal es regular la velocidad de la funciones de todas las células de nuestro cuerpo por medio de la producción de dos hormonas principales: la T4 o tiroxina y la T3 o triiodotironina.
La causa más frecuente de hipotiroidismo en el mundo entero es el déficit de yodo; en tanto, la primera razón en zonas con suficiente yodo, como nuestra región, es autoinmunitaria, como la enfermedad conocida como Tiroiditis de Hashimoto.
"La Tiroiditis de Hashimoto se caracteriza por destrucción folicular con la consecuente muerte de las células tiroideas por anticuerpos antitiroideos, y tiene una incidencia de 4 cada 1.000 en mujeres y 1 cada 1.000 en varones por año. Presenta algunos factores de riesgo como la predisposición familiar, el embarazo si consideramos la predisposición a tiroiditis puerperal, el yodo y algunos fármacos, algunas infecciones (…). La edad y el sexo son también factores de riesgo, se presenta más en el sexo femenino y aumenta la prevalencia de la enfermedad con la edad", expresó María Virginia Busnelli, médica a cargo del Departamento de Endocrinología del Halitus Instituto Médico.
Síntomas
* Cansancio, debilidad.
* Sensación de frío.
* Edema duro de miembros inferiores.
* Párpados edematosos.
* Aumento del tamaño de la lengua, engrosamiento de mucosas faríngeas y laríngeas, voz gruesa.
* Piel seca, áspera y descamativa.
* Piel pálida y fría.
* Caída de cabello, disminución de cola de las cejas, uñas quebradizas y de lento crecimiento.
* Disminución de la frecuencia cardiaca.
* Disminución de la tensión arterial diferencial.
* Aumento de peso con disminución del apetito.
* Constipación.
* Enlentecimiento de todas las funciones intelectuales, incluyendo el habla.
* Pérdida de iniciativa, enlentecimiento del pensamiento, falta de memoria.
* Somnolencia marcada y letargo.
* Cefaleas.
* Parestesias en manos, síndrome del túnel carpiano.
* Disminución de los reflejos.
* Rigidez y dolores musculares que empeoran con el frío.
* Función reproductiva: Disminución de la libido y ausencia de ovulación. Disminución de la fertilidad y abortos a repetición.
* Disminución de la degradación de los lípidos, altos el colesterol total, los triglicéridos y el LDL.
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Tiroides
15.2.11
Cáncer de tiroides
Por Leonardo Coscia
Cáncer de tiroides: hay 2.800 casos por año
El cáncer de tiroides es un tumor maligno de crecimiento localizado dentro de la glándula tiroides, un órgano fundamental para el organismo que produce, almacena y libera hormonas tiroideas al torrente sanguíneo.
En la Argentina cada año se registran aproximadamente 2.800 casos nuevos de cáncer de tiroides y aunque se trata de un tumor con buen pronóstico si se lo detecta a tiempo, el tratamiento produce algunas complicaciones que afectan la calidad de vida de los pacientes.
Su tasa de incidencia aumentó con el correr de los años en comparación con otros pero sin embargo, es uno de los cánceres que tienen mejor pronóstico si se lo detecta y trata a tiempo.
En la mayoría de los casos es curable con cirugía, rara vez produce dolor o incapacidad y existe un tratamiento efectivo y tolerable.
El signo principal es un bulto (nódulo) en la tiroides y la mayoría de los cánceres de tiroides no producen ningún síntoma.
El médico puede descubrir el nódulo durante un examen físico de rutina o la misma persona puede notar un bulto al mirarse en un espejo.
Algunos pacientes sufren de dolor en el cuello, la mandíbula o el oído y si el nódulo es lo suficientemente grande puede causar dificultad al tragar, sensación de “cosquilleo en la garganta”, o dificultad para respirar si está presionando la tráquea.
El cáncer de tiroides es más común en personas con historia de exposición de la glándula tiroides a la radiación, con una historia familiar de cáncer de tiroides y en personas mayores de 40 años.
Sin embargo, en la mayoría de los pacientes, no se conoce la razón específica por la cual se desarrolla.
El diagnóstico se realiza en base a una punción con aguja fina de un nódulo tiroideo o después que el nódulo es removido durante la cirugía. Aunque los nódulos tiroideos son muy comunes, se estima que menos de 1 de cada 10 casos corresponde a cáncer de tiroides.
El tratamiento primario de todas las formas de cáncer de tiroides es la cirugía.
Generalmente se recomienda extraer toda la glándula o la mayor cantidad de tejido tiroideo que puedan retirar de una manera segura. Después de la cirugía los pacientes necesitan tomar hormona tiroidea de por vida.
Si el cáncer dentro de la tiroides es grande o se ha extendido a los ganglios linfáticos del cuello, el yodo radiactivo puede ser utilizado para destruir las células tiroideas cancerosas que pudieran haber quedado después de sacar la glándula tiroides con la cirugía.
Los exámenes de seguimiento periódicos son esenciales para todos los pacientes con cáncer de tiroides porque este cáncer puede volver a aparecer.
Las consultas de seguimiento incluyen una historia clínica y examen físico cuidadoso, con especial atención al área del cuello, al igual que exámenes de sangre para determinar si es necesario algún cambio en la dosis de hormona tiroidea.
Además de las pruebas sanguíneas de rutina el médico puede solicitar repetir el centellograma o el rastreo corporal total periódicamente para determinar si todavía persisten células tiroideas.
Esto se puede hacer después de aumentar su nivel de TSH, ya sea dejando de tomar la hormona tiroidea lo cual resultará en desarrollo de hipotiroidismo o administrando inyecciones de TSH humana recombinante.
Nuevo tratamiento para pacientes con cáncer de tiroides
Gracias a los avances de la biotecnología se pueden evitar algunos de estos malestares como cansancio, debilidad, aumento de peso, somnolencia y resequedad de la piel, entre otros.
“Generalmente el paciente llega a la consulta tras detectarse un nódulo en el cuello. Luego del análisis, si se trata de un cáncer siempre se extirpa la glándula tiroides”, explica el doctor Markus Luster del Departamento de Medicina Nuclear de la Universidad de Ulm, Alemania.
Después de la cirugía, comienza la segunda parte del tratamiento, conocida como ablación tiroidea, que consiste en eliminar el tejido remanente y las células tiroideas con iodo radioactivo.
Las células cancerosas de la tiroides absorberán el iodo radioactivo, tal como normalmente absorben el iodo, y así son destruidas. El paciente debe suspender la toma de pastillas de hormonas tiroideas tiempo antes, para poder realizar este procedimiento, lo que le provocará un hipotiroidismo extremo y sus síntomas como fatiga, somnolencia, debilidad, mayor sensibilidad al frío, depresión, dificultad para concentrase y aumento de peso, entre otros.
Sin embargo, a través del uso de tirotropina alfa se puede aplicar el iodo radiactivo para el tratamiento y realizar los estudios de control posteriores sin necesidad de interrumpir un mes antes la terapia hormonal sustitutiva y evitar así los síntomas del hipotiroidismo. “Además, con esta terapia se reduce la cantidad de radiación, lo cual es bueno para el ambiente y el paciente que puede estar menos tiempo en el hospital y continuar con su vida normal rápidamente”, comenta el doctor Markus Luster.
Según el mencionado especialista la nueva terapia biotecnológica, obtenida a partir de la recombinación de ADN humano, es menos agresiva para el cuerpo y logra la eliminación de las células cancerígenas y su diseminación en el resto del organismo.
Luego de un estudio amplio que incluyó a 22 centros médicos de Inglaterra y Francia, el uso de tirotropina alfa está aprobado por Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y por sus pares en Estados Unidos (Food Drug Administration) y Europa (European Medicines Agency).
“Está especialmente indicada para personas jóvenes y de mediana edad ya que impide que su vida social y obligaciones se vean interrumpidas a causa del tratamiento”, indica el especialista en medicina nuclear y tiroides Markus Luster quien visitó la Argentina para participar del último congreso de la Federación Argentina de Sociedades de Endocrinología (FASEN). En grupos de edad avanzada habitualmente se realiza la indicación debido a que la presencia de patologías asociadas impiden dejar al paciente en estado de hipertiroidismo.
En cuanto al costo de esta terapia biotecnológica, Luster afirma que es menor al de otros tratamientos oncológicos. “Además es más caro para la sociedad que una persona falte por semanas a su trabajo que la droga, sin contar como afectan al paciente los síntomas del hipotiroidismo”.
A nivel mundial el cáncer de tiroides ocupa el uno por ciento en relación con el resto de los cánceres pero se encuentra en aumento.
Los principales factores de riesgo son la exposición a radiaciones y los antecedentes genéticos, mientras que la presencia de hipertiroidismo e hipotiroidismo no tienen relación con la aparición del cáncer.

Cáncer de tiroides: hay 2.800 casos por año
El cáncer de tiroides es un tumor maligno de crecimiento localizado dentro de la glándula tiroides, un órgano fundamental para el organismo que produce, almacena y libera hormonas tiroideas al torrente sanguíneo.
En la Argentina cada año se registran aproximadamente 2.800 casos nuevos de cáncer de tiroides y aunque se trata de un tumor con buen pronóstico si se lo detecta a tiempo, el tratamiento produce algunas complicaciones que afectan la calidad de vida de los pacientes.
Su tasa de incidencia aumentó con el correr de los años en comparación con otros pero sin embargo, es uno de los cánceres que tienen mejor pronóstico si se lo detecta y trata a tiempo.
En la mayoría de los casos es curable con cirugía, rara vez produce dolor o incapacidad y existe un tratamiento efectivo y tolerable.
El signo principal es un bulto (nódulo) en la tiroides y la mayoría de los cánceres de tiroides no producen ningún síntoma.
El médico puede descubrir el nódulo durante un examen físico de rutina o la misma persona puede notar un bulto al mirarse en un espejo.
Algunos pacientes sufren de dolor en el cuello, la mandíbula o el oído y si el nódulo es lo suficientemente grande puede causar dificultad al tragar, sensación de “cosquilleo en la garganta”, o dificultad para respirar si está presionando la tráquea.
El cáncer de tiroides es más común en personas con historia de exposición de la glándula tiroides a la radiación, con una historia familiar de cáncer de tiroides y en personas mayores de 40 años.
Sin embargo, en la mayoría de los pacientes, no se conoce la razón específica por la cual se desarrolla.
El diagnóstico se realiza en base a una punción con aguja fina de un nódulo tiroideo o después que el nódulo es removido durante la cirugía. Aunque los nódulos tiroideos son muy comunes, se estima que menos de 1 de cada 10 casos corresponde a cáncer de tiroides.
El tratamiento primario de todas las formas de cáncer de tiroides es la cirugía.
Generalmente se recomienda extraer toda la glándula o la mayor cantidad de tejido tiroideo que puedan retirar de una manera segura. Después de la cirugía los pacientes necesitan tomar hormona tiroidea de por vida.
Si el cáncer dentro de la tiroides es grande o se ha extendido a los ganglios linfáticos del cuello, el yodo radiactivo puede ser utilizado para destruir las células tiroideas cancerosas que pudieran haber quedado después de sacar la glándula tiroides con la cirugía.
Los exámenes de seguimiento periódicos son esenciales para todos los pacientes con cáncer de tiroides porque este cáncer puede volver a aparecer.
Las consultas de seguimiento incluyen una historia clínica y examen físico cuidadoso, con especial atención al área del cuello, al igual que exámenes de sangre para determinar si es necesario algún cambio en la dosis de hormona tiroidea.
Además de las pruebas sanguíneas de rutina el médico puede solicitar repetir el centellograma o el rastreo corporal total periódicamente para determinar si todavía persisten células tiroideas.
Esto se puede hacer después de aumentar su nivel de TSH, ya sea dejando de tomar la hormona tiroidea lo cual resultará en desarrollo de hipotiroidismo o administrando inyecciones de TSH humana recombinante.
Nuevo tratamiento para pacientes con cáncer de tiroides
Gracias a los avances de la biotecnología se pueden evitar algunos de estos malestares como cansancio, debilidad, aumento de peso, somnolencia y resequedad de la piel, entre otros.
“Generalmente el paciente llega a la consulta tras detectarse un nódulo en el cuello. Luego del análisis, si se trata de un cáncer siempre se extirpa la glándula tiroides”, explica el doctor Markus Luster del Departamento de Medicina Nuclear de la Universidad de Ulm, Alemania.
Después de la cirugía, comienza la segunda parte del tratamiento, conocida como ablación tiroidea, que consiste en eliminar el tejido remanente y las células tiroideas con iodo radioactivo.
Las células cancerosas de la tiroides absorberán el iodo radioactivo, tal como normalmente absorben el iodo, y así son destruidas. El paciente debe suspender la toma de pastillas de hormonas tiroideas tiempo antes, para poder realizar este procedimiento, lo que le provocará un hipotiroidismo extremo y sus síntomas como fatiga, somnolencia, debilidad, mayor sensibilidad al frío, depresión, dificultad para concentrase y aumento de peso, entre otros.
Sin embargo, a través del uso de tirotropina alfa se puede aplicar el iodo radiactivo para el tratamiento y realizar los estudios de control posteriores sin necesidad de interrumpir un mes antes la terapia hormonal sustitutiva y evitar así los síntomas del hipotiroidismo. “Además, con esta terapia se reduce la cantidad de radiación, lo cual es bueno para el ambiente y el paciente que puede estar menos tiempo en el hospital y continuar con su vida normal rápidamente”, comenta el doctor Markus Luster.
Según el mencionado especialista la nueva terapia biotecnológica, obtenida a partir de la recombinación de ADN humano, es menos agresiva para el cuerpo y logra la eliminación de las células cancerígenas y su diseminación en el resto del organismo.
Luego de un estudio amplio que incluyó a 22 centros médicos de Inglaterra y Francia, el uso de tirotropina alfa está aprobado por Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y por sus pares en Estados Unidos (Food Drug Administration) y Europa (European Medicines Agency).
“Está especialmente indicada para personas jóvenes y de mediana edad ya que impide que su vida social y obligaciones se vean interrumpidas a causa del tratamiento”, indica el especialista en medicina nuclear y tiroides Markus Luster quien visitó la Argentina para participar del último congreso de la Federación Argentina de Sociedades de Endocrinología (FASEN). En grupos de edad avanzada habitualmente se realiza la indicación debido a que la presencia de patologías asociadas impiden dejar al paciente en estado de hipertiroidismo.
En cuanto al costo de esta terapia biotecnológica, Luster afirma que es menor al de otros tratamientos oncológicos. “Además es más caro para la sociedad que una persona falte por semanas a su trabajo que la droga, sin contar como afectan al paciente los síntomas del hipotiroidismo”.
A nivel mundial el cáncer de tiroides ocupa el uno por ciento en relación con el resto de los cánceres pero se encuentra en aumento.
Los principales factores de riesgo son la exposición a radiaciones y los antecedentes genéticos, mientras que la presencia de hipertiroidismo e hipotiroidismo no tienen relación con la aparición del cáncer.
7.2.11
Cáncer de tiroides
Cada año se registran unos 2800 casos nuevos
de cáncer de tiroides
(Buenos Aires).- En Argentina cada año se registran aproximadamente 2.800 casos nuevos de cáncer de tiroides y aunque se trata de un tumor con buen pronóstico si se lo detecta a tiempo, el tratamiento produce algunas complicaciones que afectan la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, gracias a los avances de la biotecnología se pueden evitar algunos de estos malestares como cansancio, debilidad, aumento de peso, somnolencia y resequedad de la piel, entre otros. Este cáncer a pesar de ser uno de los de mayor prevalencia entre mujeres y con un pronóstico favorable para el paciente no está suficientemente difundido en la población, aunque con un simple control de cuello puede ser detectado a tiempo. El cáncer de tiroides es un tumor maligno de crecimiento localizado dentro de la glándula tiroides, un órgano fundamental para el organismo que produce, almacena y libera hormonas tiroideas al torrente sanguíneo. Su tasa de incidencia aumentó con el correr de los años en comparación con otros pero sin embargo, es uno de los cánceres que tienen mejor pronóstico si se lo detecta y trata a tiempo. En la mayoría de los casos es curable con cirugía, rara vez produce dolor o incapacidad y existe un tratamiento efectivo y tolerable. El signo principal es un bulto (nódulo) en la tiroides y la mayoría de los cánceres de tiroides no producen ningún síntoma. El médico puede descubrir el nódulo durante un examen físico de rutina o la misma persona puede notar un bulto al mirarse en un espejo. Algunos pacientes sufren de dolor en el cuello, la mandíbula o el oído y si el nódulo es lo suficientemente grande puede causar dificultad al tragar, sensación de "cosquilleo en la garganta", o dificultad para respirar si está presionando la tráquea. El cáncer de tiroides es más común en personas con historia de exposición de la glándula tiroides a la radiación, con una historia familiar de cáncer de tiroides y en personas mayores de 40 años, aunque, en la mayoría de los pacientes, no se conoce la razón específica por la cual se desarrolla. El diagnóstico se realiza en base a una punción con aguja fina de un nódulo tiroideo o después que el nódulo es removido durante la cirugía. Aunque los nódulos tiroideos son muy comunes, se estima que menos de 1 de cada 10 casos corresponde a cáncer de tiroides. El tratamiento primario de todas las formas de cáncer de tiroides es la cirugía. Generalmente se recomienda extraer toda la glándula o la mayor cantidad de tejido tiroideo que puedan retirar de una manera segura. Después de la cirugía los pacientes necesitan tomar hormona tiroidea de por vida. Si el cáncer dentro de la tiroides es grande o se ha extendido a los ganglios linfáticos del cuello, el yodo radiactivo puede ser utilizado para destruir las células tiroideas cancerosas que pudieran haber quedado después de sacar la glándula tiroides con la cirugía. Los exámenes de seguimiento periódicos son esenciales para todos los pacientes con cáncer de tiroides porque este cáncer puede volver a aparecer. Las consultas de seguimiento incluyen una historia clínica y examen físico cuidadoso, con especial atención al área del cuello, al igual que exámenes de sangre para determinar si es necesario algún cambio en la dosis de hormona tiroidea. Además de las pruebas sanguíneas de rutina el médico puede solicitar repetir el centellograma o el rastreo corporal total periódicamente para determinar si todavía persisten células tiroideas. Esto se puede hacer después de aumentar su nivel de TSH, ya sea dejando de tomar la hormona tiroidea lo cual resultará en desarrollo de hipotiroidismo o administrando inyecciones de TSH humana recombinante. "Generalmente el paciente llega a la consulta tras detectarse un nódulo en el cuello. Luego del análisis, si se trata de un cáncer siempre se extirpa la glándula tiroides", explicó Markus Luster del Departamento de Medicina Nuclear de la Universidad de Ulm, Alemania. Después de la cirugía, comienza la segunda parte del tratamiento, conocida como ablación tiroidea, que consiste en eliminar el tejido remanente y las células tiroideas con iodo radioactivo. Las células cancerosas de la tiroides absorberán el iodo radioactivo, tal como normalmente absorben el iodo, y así son destruidas. El paciente debe suspender la toma de pastillas de hormonas tiroideas tiempo antes, para poder realizar este procedimiento, lo que le provocará un hipotiroidismo extremo y sus síntomas como fatiga, somnolencia, debilidad, mayor sensibilidad al frío, depresión, dificultad para concentrase y aumento de peso, entre otros. Sin embargo, a través del uso de tirotropina alfa se puede aplicar el iodo radiactivo para el tratamiento y realizar los estudios de control posteriores sin necesidad de interrumpir un mes antes la terapia hormonal sustitutiva y evitar así los síntomas del hipotiroidismo. "Además, con esta terapia se reduce la cantidad de radiación, lo cual es bueno para el ambiente y el paciente que puede estar menos tiempo en el hospital y continuar con su vida normal rápidamente", comentó Luster. Según el especialista, la nueva terapia biotecnológica, obtenida a partir de la recombinación de ADN humano, es menos agresiva para el cuerpo y logra la eliminación de las células cancerígenas y su diseminación en el resto del organismo. Luego de un estudio amplio que incluyó a 22 centros médicos de Inglaterra y Francia, el uso de tirotropina alfa está aprobado por Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y por sus pares en Estados Unidos (Food Drug Administration) y Europa (European Medicines Agency). "Está especialmente indicada para personas jóvenes y de mediana edad ya que impide que su vida social y obligaciones se vean interrumpidas a causa del tratamiento", indicó el médico especialista en medicina nuclear y tiroides, quien visitó la Argentina para participar del último congreso de la Federación Argentina de Sociedades de Endocrinología (FASEN). En grupos de edad avanzada habitualmente se realiza la indicación debido a que la presencia de patologías asociadas impiden dejar al paciente en estado de hipertiroidismo. Fuente: Terra Argentina |
28.1.11
Tiroiditis de Hashimoto
La tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad autoinmune, benigna, en la cual el sistema inmune ataca a la glándula tiroides.
El 95% de los pacientes con enfermedad de Hashimoto tienen anticuerpos que no reconocen a la glándula como parte del organismo y la atacan.
Generando, o no, una alteración en el funcionamiento de la misma que da origen al Hipotiroidismo. O sea a la disminución en la producción de las hormonas tiroideas.
Diagnóstico
Es muy frecuente el hallazgo en un análisis de sangre de anticuerpos antitiroideos (Ac. Antitiroperoxidasa, Antitiroglobulina, Antifracción Microsomal) y esta frecuencia aumenta con la edad.
Pero su presencia no indica que la glándula tiroides está funcionando de menos, sólo advierten que hay una enfermedad subyacente que sí puede generar la alteración en la función de la glándula.
El análisis de laboratorio que ayuda a definir la función tiroidea es el de la TSH. Su aumento por encima de los valores considerados como normales, ya nos está diciendo que hay una alteración en la función de la glándula tiroides.
Tratamiento
Cuando la glándula deja de funcionar correctamente, el tratamiento de elección es la hormona tiroidea. O sea que se reemplaza con una pastilla que contiene la hormona sintética, lo mismo que la glándula producía en condiciones normales: Levotiroxina.
La dosis depende de cada paciente y es necesario hacer controles periódicos para ir ajustándola de acuerdo a la necesidad de cada paciente, así de acuerdo al estado clínico que él se encuentre.
Por ejemplo durante el embarazo, generalmente los requerimientos de la dosis aumentan, por eso la mujer embarazada debe hacer sus controles con su endocrinólogo más seguido.
No hay problemas con amamantar mientras se toma la pastilla de Levotiroxina.
¿Qué más puede presentarse además de un hipotiroidismo?
Muchas veces las personas afectadas se quejan de una sensación de molestia u opresión en la zona anterior del cuello, que es donde e encuentra la glándula tiroides, y hasta algunas mujeres refieren la dificultad de poder usar pulóver de cuello alto.
No hay una explicación clara al respecto, pero a veces cuando se instituye el tratamiento, estos síntomas desaparecen.
A medida que avanza la enfermedad pueden aparecer nódulos en la glándula tiroides. Generalmente son varios y pequeños, y simplemente forman parte de esta enfermedad. Solamente cuando aparece algún nódulo dominante, o sea que es francamente mayor que los restantes, el médico puede sugerir la realización de un estudio complementario que es una punción con aguja fina con o sin control ecográfico.
La idea de este estudio es saber qué tipo de células componen a ese nódulo, y de acuerdo al resultado definir la conducta a seguir.
¿A quién afecta?
La tiroiditis de Hashimoto es una alteración genética que frecuentemente ocurre en otros miembros de la familia.
Por lo tanto es sabio hacer estudios a todos los familiares de 1er grado(madre, padre, hijos, hermanos) una vez que se ha diagnosticado a algún miembro de la familia
Es más frecuente en las mujeres que en los hombres, y se puede asociar a otras enfermedades autoinmunes como diabetes, artritis reumatoidea, vitiligo, aparición precoz de canas en el cuero cabelludo y anemia perniciosa.
Resumiendo
La tiroiditis de Hashimoto, una enfermedad autoinmune que produce inflamación de la glándula tiroides, puede producir bocio (término que significa agrandamiento de la glándula)y/o llevar a una disfunción de la misma.
Generalmente se indica Levotiroxina como tratamiento, ya sea para normalizar la función de la glándula como para evitar la aparición de nódulos y/o reducir los preexistentes.
Si aún con la presencia de anticuerpos antitiroideos en sangre, no tiene indicación de recibir tratamiento, se aconseja un chequeo anual para confirmar que su glándula sigue funcionando correctamente y / o que no han aparecido nuevos nódulos en ella.
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El 95% de los pacientes con enfermedad de Hashimoto tienen anticuerpos que no reconocen a la glándula como parte del organismo y la atacan.
Generando, o no, una alteración en el funcionamiento de la misma que da origen al Hipotiroidismo. O sea a la disminución en la producción de las hormonas tiroideas.
Diagnóstico
Es muy frecuente el hallazgo en un análisis de sangre de anticuerpos antitiroideos (Ac. Antitiroperoxidasa, Antitiroglobulina, Antifracción Microsomal) y esta frecuencia aumenta con la edad.
Pero su presencia no indica que la glándula tiroides está funcionando de menos, sólo advierten que hay una enfermedad subyacente que sí puede generar la alteración en la función de la glándula.
El análisis de laboratorio que ayuda a definir la función tiroidea es el de la TSH. Su aumento por encima de los valores considerados como normales, ya nos está diciendo que hay una alteración en la función de la glándula tiroides.
Tratamiento
Cuando la glándula deja de funcionar correctamente, el tratamiento de elección es la hormona tiroidea. O sea que se reemplaza con una pastilla que contiene la hormona sintética, lo mismo que la glándula producía en condiciones normales: Levotiroxina.
La dosis depende de cada paciente y es necesario hacer controles periódicos para ir ajustándola de acuerdo a la necesidad de cada paciente, así de acuerdo al estado clínico que él se encuentre.
Por ejemplo durante el embarazo, generalmente los requerimientos de la dosis aumentan, por eso la mujer embarazada debe hacer sus controles con su endocrinólogo más seguido.
No hay problemas con amamantar mientras se toma la pastilla de Levotiroxina.
¿Qué más puede presentarse además de un hipotiroidismo?
Muchas veces las personas afectadas se quejan de una sensación de molestia u opresión en la zona anterior del cuello, que es donde e encuentra la glándula tiroides, y hasta algunas mujeres refieren la dificultad de poder usar pulóver de cuello alto.
No hay una explicación clara al respecto, pero a veces cuando se instituye el tratamiento, estos síntomas desaparecen.
A medida que avanza la enfermedad pueden aparecer nódulos en la glándula tiroides. Generalmente son varios y pequeños, y simplemente forman parte de esta enfermedad. Solamente cuando aparece algún nódulo dominante, o sea que es francamente mayor que los restantes, el médico puede sugerir la realización de un estudio complementario que es una punción con aguja fina con o sin control ecográfico.
La idea de este estudio es saber qué tipo de células componen a ese nódulo, y de acuerdo al resultado definir la conducta a seguir.
¿A quién afecta?
La tiroiditis de Hashimoto es una alteración genética que frecuentemente ocurre en otros miembros de la familia.
Por lo tanto es sabio hacer estudios a todos los familiares de 1er grado(madre, padre, hijos, hermanos) una vez que se ha diagnosticado a algún miembro de la familia
Es más frecuente en las mujeres que en los hombres, y se puede asociar a otras enfermedades autoinmunes como diabetes, artritis reumatoidea, vitiligo, aparición precoz de canas en el cuero cabelludo y anemia perniciosa.
Resumiendo
La tiroiditis de Hashimoto, una enfermedad autoinmune que produce inflamación de la glándula tiroides, puede producir bocio (término que significa agrandamiento de la glándula)y/o llevar a una disfunción de la misma.
Generalmente se indica Levotiroxina como tratamiento, ya sea para normalizar la función de la glándula como para evitar la aparición de nódulos y/o reducir los preexistentes.
Si aún con la presencia de anticuerpos antitiroideos en sangre, no tiene indicación de recibir tratamiento, se aconseja un chequeo anual para confirmar que su glándula sigue funcionando correctamente y / o que no han aparecido nuevos nódulos en ella.
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