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20.7.12

Novedades en el tratamiento del Parkinson Llega a la Argentina, luego de seis años de experiencia satisfactoria en España y de un tiempo similar en Estados Unidos, un parche de aplicación transdérmica que permite la liberación de fármaco durante 24 horas. Esta nueva variante, útil para los pacientes que presentan complicaciones al tragar, contribuye a evitar las molestias generadas durante la noche como consecuencia de los temblores que provoca el Parkinson

El 98 por ciento de los pacientes con Enfermedad de Parkinson (EP) manifiesta que, además de los síntomas más reconocidos de esta patología -entre los que se destacan los movimientos incontrolables de los miembros superiores-, existen otras manifestaciones no motoras igualmente discapacitantes.
Entre éstas se encuentran el malestar, los problemas de estado de ánimo y la fatiga diurna principalmente generada como consecuencia de las interrupciones del sueño provocadas por los temblores. Este panorama provocó un movimiento.
Ocurre que más allá de que en los últimos años no se registraron mayores novedades en el abordaje de esta enfermedad, los médicos trabajan para alcanzar un mayor y mejor control de los síntomas; pero también para desarrollar fármacos igualmente efectivos a los actuales pero con menor cantidad de efectos adversos.

La novedadDebido a su aplicación transdérmica en forma de parche –es decir que se coloca directamente sobre la piel- el nuevo fármaco simplifica la administración del medicamento y brinda mayor comodidad.
“Los parches representan la novedad más resonante de los últimos años en lo relacionado con el Parkinson. No obstante, vale aclarar que éstos se utilizan como adjuntos. Esto quiere decir que su aplicación se suma a otras terapias que tienen años de utilización”, sostuvo el Dr. José Antonio Bueri, Jefe del servicio de Neurología del Hospital Universitario Austral (HUA).
“Personalmente, creo que el principal potencial de esta nueva opción pasa por el método de aplicación que resulta útil para aquellos que tienen dificultades para tragar, algo relativamente frecuente”, añadió Bueri.
En cuanto a la próxima llegada a nuestro país de los parches, el especialista del HUA completó: “Algunos pacientes utilizan los parches hace años debido a que los hacían traer desde Europa o desde Estados Unidos, y los resultados siempre fueron satisfactorios, con lo cual la expectativa generada es amplia”.

La opinión de un experto español
De visita en la Argentina, el Dr. Gurutz Linazasoro, médico neurólogo especialista en Parkinson y trastornos del movimiento, y director del Centro de Investigación de Parkinson de la Policlínica Guipúzcoa de San Sebastián (España) hizo referencia a este tema: “Más allá de la aparición concreta de esta novedad, lo cierto es que en la EP hay muchas necesidades o problemas que aún no han sido resueltos. Por esa razón, quienes trabajamos en el tema sentimos una gran estimulación, porque debemos encontrar soluciones que ayuden a nuestros pacientes sin altibajos u oscilaciones”
Los parches se suman a otros fármacos disponibles para el abordaje de la enfermedad, y reemplazan a los agonistas dopaminérgicos pertenecientes a su misma familia.


Siete datos sobre la EP:-La enfermedad de Parkinson (EP) es el desorden neurológico más frecuente en el mundo, luego de la Epilepsia y de la Migraña.
-Se estima que aproximadamente cinco millones de personas padecen esta patología altamente degenerativa.
-A nivel local se sabe que existen entre 60 y 80 mil afectados.
-En el 70 por ciento de los casos, el Parkinson se diagnostica después de los 65 años. En el 10 por ciento de los afectados, los primeros síntomas aparecen a edades muy tempranas.
-Inclusive, es posible detectar manifestaciones antes de los 35 años, sobre todo cuando existen antecedentes familiares.
-La EP presenta una mayor prevalencia en hombres que en mujeres (proporción 3 a 2)
-En cuanto a los temblores, mientras el 30 por ciento de los afectados no los experimenta nunca, el 70 por ciento restante los tendrá en algún momento de la evolución de la enfermedad. Entre esta parcialidad, se sabe que el 10 por ciento los tiene por primera vez antes de los 35 años.

Contacto:
*Dr. José Antonio Bueri
Jefe del servicio de Neurología
Hospital Universitario Austral
JBUERI@cas.austral.edu.ar

6.5.12

Ibuprofeno para reducir el riesgo de Parkinson

Aún no se puede recomendar su uso generalizado para evitarla o frenarla

Tomar ibuprofeno con frecuencia podría reducir las posibilidades de padecer Parkinson, según apunta un grupo de investigadores estadounidenses, dirigidos por Xiang Gao, del Hospital Brigham y de Mujeres de Boston y de la Universidad de Harvard (EEUU), en un nuevo estudio.
No es la primera vez que el científico Gao lleva a cabo un ensayo que constata una disminución en el riesgo de sufrir la citada enfermedad neurodegenerativa en los que consumen antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
"En 2003 encontramos que el uso de AINE, pero no de aspirina, se asociaba a un menor riesgo de enfermedad de Parkinson en dos muestras muy amplias: el Estudio de Profesionales de la Salud y el Estudio de Salud de las Enfermeras.
Ahora presentamos los resultados que hablan de esta relación en nuevos participantes de estos dos grandes ensayos. Hemos analizado por separado los efectos de aspirina y de otros antiinflamatorios".
Y nuestros "hallazgos sugieren que un fármaco comúnmente utilizado y de bajo coste podría ser un agente neuroprotector potencial".
Afirma Eva López Valdés, del servicio de Neurología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, de un estudio "muy interesante que aporta nuevas evidencias a un campo sobre el que se lleva investigando dos décadas.
Lo que cada vez parece estar más claro es que la inflamación juega un papel en las enfermedades neurodegenerativas, lo que se desconoce es si son la causa o la consecuencia".
Los científicos analizaron los datos de 98.892 enfermeras y de 37.305 sanitarios varones. Todos documentaron el uso y la frecuencia de consumo de analgésicos, como aspirina, acetomifeno e ibuporfeno.
Se indagó en los hábitos alimenticios de los participantes, así como en su índice de masa corporal (IMC), consumo de tabaco, alcohol, cafeína o lactosa y la edad, factores todos ellos que pueden alterar los resultados.
El seguimiento
Tras seis años de seguimiento, el equipo del doctor Gao documentó 291 casos de Parkinson.
"Los datos revelan que aquéllos que consumían dos o más veces por semana ibuprofeno tenían un 40% menos de riesgode padecer Parkinson".
En este amplio estudio prospectivo, "el medicamento se asoció con un menor riesgo futuro de desarrollar la enfermedad. Por el contrario no hemos encontrado asociaciones significativas entre el consumo de aspirina y acetomifeno y una menor posibilidad de Parkinson".
Existe literatura científica abundante (tanto por análisis postmortem de enfermos como por trabajos experimentales) que sugiere que "los mecanismos inflamatorios pueden contribuir a la pérdida progresiva de las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra del cerebro".
El "ibuprofeno puede tener un papel neuroprotector al actuar ligándose a los receptores PPARy, una novedosa diana terapéutica en el Parkinson, que inhibe la apoptosis y el daño oxidativo".
Existen, otras evidencias: "los estudios que avalan el el papel neuroprotector del ibuprofeno en las demencias.
Algunos trabajos han sugerido que los usuarios tienen menos posibilidades de padecer Alzheimer".
Es importante valorar algunos factores que podrían haber alterado los resultados, como "que la indicación de consumir ibuprofeno se realizara para tratar patologías que, precisamente, se relacionan con un menor riesgo de desarrollar Parkinson.
La razón principal para su uso en la muestra fue la terapia del dolor muscular y de las articulaciones y no hay evidencia de que estos síntomas están asociados con menos posibilidades de sufrir la enfermedad".
"La hipótesis de que los usuarios del producto citado tengan menor riesgo desarrollar la enfermedad neurodegenerativa queda constatada por el amplio número de personas estudiadas, y debería ser constatada en ensayos clínicos con pacientes de Parkinson precoz".
Prudencia
James Bower y Beate Ritz de la Clínica Mayo sugieren en un editorial que acompaña al estudio, publicado en la misma revista científica, que "una asociación epidemiológica no prueba una causalidad..."
El consumo prolongado de ibuprofeno tiene "una larga lista de efectos secundarios". No obstante defienden que los ensayos clínicos "con el producto o con un agonista del PPRAy más seguro podrían estar justificados".
"Se deben llevar a cabo más estudios antes de recomendar ibuprofeno para evitar o frenar la enfermedad.
En nuestro país ya hay grupos que están realizando ensayos con animales en este campo".

17.4.12

Cómo lograr el bienestar en pacientes con enfermedad de Parkinson

 DÍA MUNDIAL DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

La enfermedad de Parkinson es una patología neurodegenerativa que afecta actualmente a 80.000 pacientes en nuestro país. Frente a esto, aprender a convivir y sobrellevar la enfermedad es clave para mejorar la calidad de vida y lograr un bienestar en los pacientes.

En el marco del Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson, la Sociedad Neurológica Argentina en conjunto con el Grupo de Movimientos Anormales promueven la concientización de esta enfermedad, bajo el lema “Cómo lograr el bienestar en pacientes con enfermedad de Parkinson y cómo convivir con ella”.La enfermedad de Parkinson es una enfermedad crónica degenerativa que afecta gradualmente a los músculos y a la capacidad de movimiento de la persona y se calcula que afecta entre el 1 y el 2% de los mayores de 65 años. Sin embargo, no siempre se limita a personas mayores sino que también puede incidir en personas jóvenes de entre 20 y 40 años. Esta enfermedad degenerativa constituye un problema sanitario creciente dado el aumento de su incidencia en las últimas décadas. En nuestro país, se calcula que 80.000 personas padecen esta patología. Entre los síntomas, los pacientes desarrollan problemas motores (temblor, rigidez o trastornos de la marcha) pero también sufren de síntomas no motores que afectan gradualmente su calidad de vida. Por esta razón, es necesario que tanto la persona que padece Parkinson como su entorno familiar reciban un conjunto de conocimientos dirigidos a mejorar su calidad de vida. Mejorando la calidad de vida En primer lugar, es esencial una buena educación que ayude a aprender a convivir y sobrellevar la enfermedad para evitar el aislamiento. El impacto emocional de la enfermedad es muy fuerte y pueden presentarse casos de depresión. En este sentido, existen una gran prevalencia de casos de depresión en pacientes con esta patología (entre el 50 al 70% de los casos), que puede manifestarse como falta de concentración, fatiga, insomnio, ansiedad, irritabilidad, pesimismo, tristeza, y en otras ocasiones vincularse con una menor adherencia de los pacientes al tratamiento o abandono del mismo.Además, es común que aparezcan trastornos del sueño en los pacientes que se vinculan con el compromiso de neuronas dopaminérgicas y no dopaminérgicas.
Dentro de los trastornos más comunes se encuentra la fragmentación del sueño, en el cual la persona concilia fácilmente el sueño, pero a las 2 o 3 horas se despierta, para luego volver a dormirse y así sucesivamente. En muchas ocasiones los pacientes lo relacionan con rigidez o dolor nocturno. Uno de los aspectos relevantes que contribuyen a mejorar la calidad de vida es el tema de los ejercicios físicos, puesto que con los años la enfermedad de Parkinson lleva a trastornos de la marcha y del equilibrio. En este sentido, está comprobado que el ejercicio en la enfermedad de Parkinson mejora la marcha, el equilibrio y la calidad de vida de los pacientes[i]. Los ejercicios físicos son muy importantes porque en estadios avanzados, se asocia a la enfermedad de Parkinson a fallos posturales y tendencia a las caídas, registrándose que los pacientes con esta patología tienen 3 veces más posibilidades de caerse y sufrir una fractura de cadera[ii].
Entre las múltiples terapias de rehabilitación propuestas para aliviar estos síntomas se encuentra la danza. Diversos estudios han demostrado beneficios a nivel motor en los pacientes que bailan tango, así es que se ha comprobado que durante las lecciones de tango los participantes presentan un aumento de la activación en áreas premotoras y área motora suplementaria[iii]. El tango se caracteriza por emplear frecuentes movimientos de iniciación y cese del movimiento, reiterados cambios de dirección y un amplio rango de velocidad de movimiento. Todo esto, sumado al aspecto lúdico que implica el baile, hace de este tipo de actividad un recurso de sumo valor en la rehabilitación motora de los pacientes con enfermedad de Parkinson. Otro de los aspectos esenciales en la calidad de vida de la persona es la alimentación dado que la dieta podría influir en el riesgo de padecer la enfermedad de Parkinson, así como también la alimentación podría aliviar la enfermedad o repercutir en la eficacia de ciertos tratamientos. En este sentido, recientes estudios muestran una asociación entre la dieta mediterránea y el riesgo de padecer Parkinson, como el realizado por Alcalay y col., en la Universidad de Columbia, New York. En dicha investigación se analizó la ingesta promedio de nutrientes realizada en el año anterior y los resultados evidenciaron que a mayor adherencia a la dieta mediterránea, menor riesgo de padecer Parkinson, y a menor adherencia a la misma, mayor riesgo de presentar un inicio temprano del mismo. De esta manera, se demostró por primera vez una asociación entre los hábitos dietarios y la edad de comienzo de la patología[iv].
La enfermedad afecta emocional y socialmente a la persona que la sufre, pero a través de la educación de nuevos hábitos y el conocimiento de la enfermedad tanto del paciente como de su entorno se puede mejorar el bienestar y la calidad de vida de los mismos.

Contactos de prensa:
Evelyn Botti

27.9.11

Parkinson- Dejar de conducir, un doloroso momento

Mal de Parkinson y discapacidad


La enfermedad produce deterioros en la habilidad motora pero también en las facultades mentales; en algunos casos, hasta quitarle al paciente independencia para vivir. El doloroso momento de “largar las llaves del auto”. La misión de los médicos, familiares y cuidadores.

La enfermedad de Parkinson es un trastorno producido en determinadas células neuronales (ubicadas en un área del cerebro denominada substancia nigra) que producen una sustancia química llamada dopamina.
La dopamina es un neurotransmisor—o mensajero químico— encargada de regular la actividad en aquellas zonas del cerebro que controlan la iniciación del movimiento y la coordinación.

“Cuando estas células comienzan a morir a un ritmo rápido, disminuye la cantidad de dopamina producida en el cerebro y, en consecuencia, las personas pierden el control de sus movimientos”, explica Fernando Taragano, psiquiatra y Jefe de la sección de Enfermedades Neurocognitivas del  Departamento de Medicina del Instituto Cemic.

La enfermedad es crónica y degenerativa a la vez, ya que los síntomas empeoran y se mantienen con el paso del tiempo.
Algunos síntomas comunes son: temblor en las manos, los brazos y las piernas; rigidez o entumecimiento de las extremidades y el tronco, bradiquinesia o lentitud de movimientos y alteración del equilibrio y la coordinación.

Sin embargo, también puede producir trastornos cognitivos como pérdida de memoria, lentitud en la comunicación, dificultades para hablar, depresión, estrés y signos de demencia. En éstos casos los pacientes pierden progresivamente la independencia en sus hábitos cotidianos. Una de las situaciones que más sufren es “el momento de largar las llaves del auto”, asegura Taragano.

“La disminución en la habilidad visuo-espacial, necesaria para determinar distancias y distinguir formas; la rigidez muscular que les impide reaccionar con rapidez, la confusión y las complicaciones que puede generar la medicación, hace que se conviertan en personas peligrosas para conducir un auto. Dado que para los pacientes es una situación dolorosa, son los familiares y cuidadores quienes tienen la responsabilidad de identificar primero el problema”, advierte.

Luego será importante ayudarlos a adaptarse, ofrecerles nuevas alternativas de trasporte (taxis, trenes, subte o ser trasportado por un familiar) y demostrarles que dejar de conducir no implica perder totalmente la independencia.

La enfermedad en cifras

  • Un millón de estadounidenses padece Mal de Parkinson y se calcula que 100 mil personas más son diagnosticadas con esta enfermedad cada año, en ese país.
  • En Argentina no hay estadísticas, pero se estima que al menos 100 mil personas la padecen y la mayoría son varones.
¿Cuáles son las causas del Mal de Parkinson?
¿Es una enfermedad hereditaria?
¿Cuáles son los criterios de diagnóstico temprano?
Las cinco etapas de la enfermedad.
¿Cuáles son los últimos avances para su tratamiento? ¿Tiene cura?
¿Cuándo es conveniente la cirugía?



Romina Martoglio
Comunicación en Salud
Córdoba • Argentina

María Eugenia Grillo
Comunicación en Salud
Buenos Aires. Argentina

11.4.11

11 de abril de 2011 - Día Mundial y Nacional de la Enfermedad de Parkinson

Los síntomas no motores, un aviso temprano de la enfermedad de Parkinson

Los síntomas psiquiátricos como la depresión y la ansiedad, y los trastornos del sueño son síntomas no motores que suelen ser poco reconocidos y tratados en personas con Parkinson.
 Esta enfermedad es el segundo trastorno crónico neurológico más común, después del Alzheimer. Su prevalencia se calcula en 1 a 2% en mayores de 65 años, pero también puede manifestarse a edades más tempranas. En Argentina actualmente hay 80.000 pacientes que la padecen.

Buenos Aires, abril de 2011
En el marco del Día Nacional y Mundial de la Enfermedad de Parkinson la Sociedad Neurológica Argentina promueve la difusión de esta enfermedad donde el diagnóstico precoz y el tratamiento temprano son clave para mejorar la calidad de vida de los pacientes
 La enfermedad de Parkinson es una enfermedad crónica que afecta gradualmente a los músculos y a la capacidad de movimiento de la persona. Quienes la padecen, además de desarrollar los clásicos síntomas de temblor, rigidez o trastornos de la marcha, sufren de síntomas no motores que afectan su calidad de vida. 
 Según investigaciones recientes, los síntomas no motores especialmente la depresión, los trastornos del sueño REM, la disminución del olfato o la constipación pueden anteceder por años al diagnóstico del Parkinson. Cuanto más precoz sea la consulta del paciente y la intervención por parte del médico especialista, menor será el impacto de la enfermedad sobre la calidad de vida y el aislamiento social al que puede conducir la enfermedad,  por el manejo inadecuado de los síntomas.
 El Grupo de Movimientos Anormales de la Sociedad Neurológica Argentina empleó el Registro Nacional sobre la Enfermedad de Parkinson, que representa el 53% de la población nacional, para realizar un estudio sobre cómo los síntomas no motores afectan al Parkinson en la Argentina.
 Sobre un total de 415 pacientes portadores de Enfermedad de Parkinson, identificados entre los años 2009 y 2011, la mayoría de ellos habían comenzado con la enfermedad a edades habituales, es decir entre los 55 y 65 años (48%), un grupo menor antes de los 55 (34%), y otro menor aún, luego de los 70 años (18%).
 La distribución según edad, demuestra que esta enfermedad crónica afecta habitualmente a personas en edades medias de la vida, en pleno desarrollo laboral y personal, donde cualquier impacto sobre la calidad de vida se percibe en forma mayor. 
 El estudio reveló, además, que la mayoría de los pacientes presentó en algún momento síntomas no motores (92%), independientemente de la duración de la enfermedad. En forma llamativa, los síntomas psiquiátricos como la depresión y la ansiedad, y los trastornos del sueño como el insomnio o los trastornos del sueño REM, ocurrieron muy frecuentemente. 
 Un dato destacable fue la asociación observada entre la depresión y la edad de comienzo de la enfermedad de Parkinson, siendo la depresión claramente más frecuente en personas jóvenes que en personas mayores de 70 años. (56.8% vs 28.3%, p <0.001).
 Otro dato significativo del estudio, fue la asociación entre la depresión y las caídas. Las caídas son un problema que sin dudas afecta la calidad de vida de la persona, además de exponerla a sufrir complicaciones derivadas de las mismas como fracturas, reposo prolongado o intervenciones quirúrgicas. En el estudio se observó que las personas deprimidas experimentaban mucho más frecuentemente caídas que las personas que no la padecían, destacando que este síntoma no motor puede afectar o empeorar un síntoma motor como la marcha.

El estudio sobre síntomas no motores en la enfermedad de Parkinson en la Argentina, revela que los síntomas no motores afectan la calidad de vida de personas con Parkinson, y que los mismos están presentes a lo largo de la enfermedad. Sin embargo, la depresión puede afectar más frecuentemente a personas con Parkinson jóvenes y vincularse con mayor riesgo y ocurrencia de caídas.
La causa de esta enfermedad aún es desconocida, pero se cree que existiría una combinación de factores genéticos y ambientales.  El diagnóstico es clínico y se basa en una correcta historia clínica y en un exhaustivo examen físico neurológico. Si bien aún no se conoce una cura definitiva, existen múltiples tratamientos farmacológicos como la levodopa, los agonistas dopaminérgicos, los inhibidores enzimáticos, la amantadina, entre otros, que han demostrado ser efectivos para mejorar las manifestaciones de esta enfermedad, mejorar su evolución y disminuir su morbi-mortalidad.

El diagnóstico tardío del Parkinson posterga el inicio del tratamiento adecuado que permite mejorar los síntomas clínicos y retardar el progreso de la enfermedad.  El crecimiento de la expectativa de vida de la población está directamente vinculado a una mayor incidencia de la enfermedad, que seguirá aumentando en los próximos años.

La importancia y la necesidad de una difusión sobre los síntomas de la enfermedad y sobre cuáles pueden ser los indicadores tempranos de la misma permitirán realizar un diagnóstico precoz y demorar la evolución de la enfermedad, manteniendo la calidad de vida en el largo plazo y evitando el aislamiento social.

Fuente:
Programa Nacional de Parkinson. Parkinson en Movimiento. Sociedad Neurológica Argentina. Grupo de Movimientos Anormales.


Enviado por Evelyn Botti
Ejecutiva De Cuentas

ebotti@muchnikpr.com
www.muchnikpr.com

18.3.11

Avanza la terapia génica en Parkinson

En un ensayo realizado en los Estados Unidos, produjo algunas mejorías en la función motora

LONDRES ( New Scientist ).- La terapia génica para el Parkinson se movió un paso más cerca a su aceptación luego del primer ensayo clínico a doble ciego exitoso.
En 2007, Andrew Feigin, del Instituto Feinstein para Investigación Médica de Manhasset, Nueva York, y sus colegas, condujeron una prueba clínica abierta -en la que tanto los pacientes como los investigadores saben qué miembros están recibiendo el tratamiento y cuáles reciben un placebo- para evaluar una nueva terapia génica para el mal de Parkinson, una enfermedad degenerativa. Ellos demostraron que un gen que dirige la síntesis de la descarboxilasa del ácido glutámico (GAD) puede mejorar el estado de personas con la enfermedad cuando es inyectada en el cerebro.
GAD es una enzima que cataliza la producción de un neurotransmisor inhibitorio llamado ácido gamma-aminobutírico (GABA).
Los pacientes con Parkinson producen muy poco GABA, y por lo tanto padecen una sobrestimulación en un área del cerebro llamado núcleo subtalámico. Esta hiperactividad resulta una presión sobre las neuronas, que a su vez producen otro neurotransmisor -la dopamina-, vital para el control del movimiento.
Esto ayuda a explicar algunos de los síntomas de la enfermedad, que incluye temblores, rigidez, falta de equilibro y problemas de postura.
Ahora, el equipo ha sometido la terapia a un último test: un ensayo de doble ciego, en el cual ni los pacientes ni los médicos -exceptuando a los cirujanos que realizan las operaciones- sabían quién estaba recibiendo la terapia y quién, el placebo.
Feigin y su equipo reclutaron a 65 personas con mal de Parkinson. Veintitrés de ellos recibieron la verdadera terapia génica: los investigadores les perforaron el cráneo y les inyectaron un virus que llevaba el gen que dirige la síntesis de GAD. Otros veintidós pacientes recibieron sólo inyecciones de solución salina por debajo del cuero cabelludo en un procedimiento falso diseñado especialmente para que creyeran que también habían sido operados.
Estudios de largo plazo Al mes, a los tres meses y a los seis meses, los científicos midieron la gravedad de los síntomas en todos los que habían participado en el ensayo. Aquellos que habían sido efectivamente tratados con el gen mostraban una mejora en su función motora del 23%, en promedio, de acuerdo con una escala estandarizada.
Los que habían recibido el procedimiento fraguado habían mejorado sólo algo más del 12%.
"La terapia génica es un tratamiento muy novedoso, pero además en este estudio mostró ser segura y bien tolerada -dijo Feigin-. Para mí, esto es un paso importante que realmente abre un nuevo campo terapéutico."
Stéphane Palfi, de la Universidad de París Este Créteil Val de Marne, en Francia, concuerda con que lo más importante es despejar todos los problemas de seguridad. Sin embargo, también destaca que las mejorías son relativamente modestas, comparadas con otras estrategias ya existentes, tales como enviar impulsos eléctricos al cerebro utilizando estimulación cerebral profunda.
Según el especialista, tenemos que esperar los resultados de estudios a más largo plazo para determinar si la terapia génica es finalmente un mejor enfoque que aquellos otros

7.3.11

Asocian el Parkinson con la exposición a pesticidas

Los usuarios de estos productos tuvieron más del doble de riesgo

Nora Bär
LA NACION
En los años setenta, un estudiante de química de Maryland, en Estados Unidos, sintetizó en la cocina de su casa un opioide conocido como MPPP sin darse cuenta de que la cocción originaba una peligrosa impureza (MPTP). Tres días después de inyectarse el resultado, comenzó a tener los síntomas característicos del mal de Parkinson. Y 18 meses más tarde, después de morir por una sobredosis de cocaína, una autopsia de su cerebro descubrió la destrucción de neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra, una de las señales distintivas de esta enfermedad neurodegenerativa.
Desde entonces, dado que el MPTP tiene semejanzas estructurales con algunos herbicidas, y que pruebas posteriores en animales confirmaron sus efectos, los científicos empezaron a barajar la hipótesis de que el Parkinson podría tener causas ambientales.
Precisamente, una investigación recientemente publicada en Environmental Health Perspectives agrega más evidencias que respaldarían esta teoría: el trabajo muestra una asociación robusta entre el uso de dos herbicidas (Rotenona y Paraquat) y un riesgo aumentado de desarrollar Parkinson.
El estudio abarcó a 110 personas con la patología y 358 controles (sin la enfermedad).
"Casi todas las personas que analizamos eran agricultores de Iowa y Carolina del Norte, pero los pesticidas también se utilizaban en sus casas e investigamos a sus mujeres -cuenta la doctora Anabel Chade, una de las autoras del trabajo, jefa de la Clínica de Parkinson del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco) y coordinadora de la Unidad de Movimientos Anormales del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro-. El 70% habían estado expuestos durante largos años a esos productos, frecuentemente sin usar protectores. Y aunque el estudio no mostró una lógica acumulativa (porque algunos incluso habían dejado de utilizarlos quince años antes de que nosotros los visitáramos), el grupo de los usuarios de herbicidas mostró un riesgo dos veces y media mayor que el de las personas no expuestas."
Los usuarios de estos productos tuvieron más del doble de riesgo
 
Chade, que participó en el proyecto liderado por la doctora Caroline Tanner, de The Parkinson's Institute, gracias a una beca de la Fundación Michael Fox, aclara sin embargo que este tipo de estudios retrospectivos no pueden probar una relación de causa y efecto, pero que sí arrojan luz sobre los posibles mecanismos de la enfermedad y encienden una luz amarilla sobre el uso y la manipulación de estas sustancias, cuyas dosis muchas veces no están reguladas.
"Ha habido múltiples estudios epidemiológicos que van en esta dirección -opina el doctor Oscar Gershanik, director científico del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro-. Es un dato que sirve a los efectos de establecer posibles correlaciones, pero no un vínculo de causa y efecto. En la actualidad, se piensa que en el Parkinson hay que contemplar una multicausalidad; es decir que habría desde casos congénitos hasta otros originados en una predisposición genética en los que algún factor ambiental desencadenaría los síntomas."
Luz amarilla Para los investigadores, los pesticidas estudiados provocarían alteraciones en mecanismos celulares que inducen la pérdida de neuronas en la sustancia negra y la disminución de los niveles de dopamina, que ocasionan las alteraciones en el control de los movimientos y las dificultades en la cognición asociadas con la enfermedad de Parkinson, la segunda por su frecuencia, por detrás de la enfermedad de Alzheimer.
"Es importante tener en cuenta que no sólo estamos expuestos a estos pesticidas por razones profesionales o laborales, sino que también estamos en contacto con ellos en la vida cotidiana, incluso en el hogar -dice Chade-. La Rotenona es extraída de raíces y semillas de plantas tropicales. Es considerada un pesticida orgánico y se la utiliza como insecticida en jardinería y como herbicida. Pero hay también otros agentes de uso doméstico que pueden producir alteraciones, como la Permetrina, que es un repelente de insectos. De modo que este estudio tiene implicancias que es importante tener en cuenta cuando se diseñan políticas de salud pública, ya que en muchos casos faltan estudios que especifiquen cuáles son las dosis máximas toleradas."

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