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2.1.11

Angustia de Separación

Los bebés menores de 6 meses son egocéntricos y narcisistas. Esto quiere decir que sienten que todo lo que los rodea forma parte de su cuerpo y todo lo que sucede a su alrededor, sucede gracias a ellos.
Durante el primer trimestre tu bebé es un observador pasivo. Te mira haciendo cosas y siente que es él quien lo está haciendo. Todo lo maravilla y emociona. A medida que madura y progresa en su psicomotricidad, aumentan sus posibilidades corporales y ya no es sólo un observador pasivo, sino que genera acción y reacción. Al mismo tiempo que aumentan sus posibilidades corporales, va definiendo los límites de su cuerpo: al chuparse las manos y los pies, delimita y separa el adentro (yo) del afuera (no yo).
Lentamente empieza a comprender que él es una persona y vos otra.
Antes de comprender esto, a él no le preocupaba si te veía o no, ya que el ser vos parte de su cuerpo es como si estuvieras siempre. Al comprender que sos una persona distinta se produce una situación que marcará su personalidad por un largo período de tiempo: si no te ve, piensa que te fuiste y no vas a volver más.
Esta situación le genera angustia (angustia de separación). La angustia es una sensación negativa, muy desestructurante para un bebé, por lo que es necesario responder pronto a los períodos de llanto por angustia. Cuanto más rápido respondas a los períodos de angustia, más rápido tu imagen creará una impronta dentro de la afectividad de tu bebé y en un corto período de tiempo dejará de llorar, ya que tu bebé aprendió que puede confiar en vos y que cada vez que te necesita vos vas a estar.
Las crisis de angustia pueden estar desencadenadas por la ausencia de la mamá, la presencia de extraños, e inclusive de personas conocidas a las cuales ve poco.
La aparición de la angustia de separación es tan notable que la mayoría de las mamás recuerdan el día en que comenzó. Mientras que la superación de esta etapa es más gradual y paulatina.
Un juego que puede ayudarlo a superar esta etapa es el del "cucú" o “¿Dónde está mamá?”. Este juego consiste en ocultar la cara con las manos y en reaparecer inmediatamente después, lo que generalmente provoca carcajadas y gritos de placer en tu bebé. Él sigue la desaparición de un rostro conocido con atención y un trasfondo de preocupación, pero la reaparición de esta cara le provoca una gran diversión. Cuando se acostumbre a la dinámica de este juego, la ausencia de la persona querida dejará de preocuparle, dado que se concentrará en la esperanza de volver a verla pronto.
Puede resultar de gran ayuda organizar el comienzo de su vida social, acostumbrándolo, de forma gradual y siempre con la presencia tuya, a estar a upa de otras personas conocidas (sin forzarlo y respetando su carácter) y a estar en compañía de niños de su edad. Si vas a contratar a alguien para que lo cuide, asegurate de hacerlo antes de esta etapa, porque si no, no la va a aceptar nunca.

La angustia de separación se revive en muchos momentos de la vida.

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