La cromatografía de capa fina es una prueba sensible, práctica y económica para la detección de algunas drogas en orina como heroína, morfina, anfetaminas, barbitúricos, codeína, cocaína, metadona, metacualona y fenotiazinas. Las leyes estatales concernientes a las sanciones a estas pacientes son variables. Cuando se detecta una de estas drogas, deben considerarse sus efectos sobre la madre y el feto. Por ejemplo, las adictas a drogas i.v. tienen un riesgo elevado de anemia, bacteriemia, endocarditis, celulitis, hepatitis aguda y crónica, flebitis, neumonía, tétanos, enfermedades venéreas y SIDA. Aproximadamente, un 75% de los lactantes y niños que adquieren el SIDA son hijos de mujeres que desarrollaron la enfermedad mediante uso de drogas i.v. o por transmisión heterosexual. Estos niños tienen un riesgo mayor de presentar hepatitis, trastornos venéreos y sepsis; además, es más probable que existan retraso del crecimiento intrauterino y prematuridad.
Alrededor del 14% de las mujeres embarazadas son consumidoras en algún grado de marihuana. Debido a que el D-9 tetrahidrocannabinol tiene capacidad para atravesar la placenta, existe un riesgo potencial de daño fetal. Sin embargo, pocos estudios en humanos han encontrado un aumento del riesgo de anomalías congénitas, retraso del crecimiento o alteraciones neuroconductuales posnatales secundarias al uso de marihuana
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