Hoy se cumplen 56
años de su
fallecimiento
El titular de la cartera sanitaria nacional recordó al
primer ministro
de Salud Pública del país. “No sólo fue un gran médico y
profesor,
sino que gestó una auténtica revolución sanitaria”.
“Si hoy pudiera
ver la
situación sanitaria de Argentina, Ramón
Carrillo seguramente se sentiría orgulloso de la marcha del
proyecto
nacional y popular iniciado en
2003” ,
expresó el ministro de Salud de
la Nación , Juan Manzur,
al recordar que hoy se cumplen 56 años del fallecimiento “de quien
fuera
nuestro primer ministro de Salud Pública, que no sólo fue un gran
médico y
profesor, sino que gestó una auténtica revolución sanitaria en el país”.
“Quienes
conocemos y valoramos
su obra, consideramos a Carrillo como el gran prócer del sanitarismo
argentino,
porque fue él quien a mediados del siglo pasado puso en marcha un
proceso a
través del cual los beneficios de los avances científicos comenzaron a
llegar a
sectores de la población que prácticamente desconocían la existencia
del
derecho a la salud. Con humildad y trabajo, quienes integramos el
proyecto político
que gobierna el país desde 2003 dedicamos todo nuestro esfuerzo a
seguir el
ejemplo de Carrillo”, dijo el funcionario luego de participar en
la Casa de Gobierno
junto a su
par de Planificación, Julio De Vido,
de un encuentro con intendentes y delegados comunales de Entre Ríos en
el marco
del plan "Más cerca: más municipio, mejor país, más patria".
Carrillo nació el
7 de marzo
de 1906 en un hogar humilde de la ciudad de Santiago del Estero, se
recibió de
médico en Buenos Aires, completó su formación en Europa y falleció el
20 de
diciembre de 1956, pobre, enfermo y exiliado en Belem do Pará, en el
norte de
Brasil.
El 17 de octubre
de 1945, la
fecha en que el peronismo irrumpió en la vida política argentina, el
médico
ocupaba la jefatura del Servicio de Neurología del Hospital Militar,
desde
donde al año siguiente presenció la llegada al poder de Juan Domingo
Perón,
quien le propuso quedar al frente de
la Secretaría de
Salud Pública. Desde ese organismo,
que en 1949 se convertiría en el Ministerio de Salud Pública y
Asistencia
Social de la Nación ,
Carrillo creó y puso en marcha el Plan Analítico de Salud Pública, que
permitió
identificar problemas como la falta de camas en los hospitales y el
deterioro
de las instalaciones sanitarias, además de la inexistencia de insumos y
personal calificado.
Durante
su
gestión, entre 1946 y 1954, se duplicó el número de camas hospitalarias
existentes en el país, al pasar de
66.300 a unas
132.000. Además, en apenas dos
años, con campañas sumamente agresivas se logró erradicar una
enfermedad
endémica como el paludismo, prácticamente desapareció la sífilis y las
enfermedades venéreas, mientras que el índice de mortalidad por
tuberculosis
disminuyó de 130 a
36 por cien mil. También se consiguió terminar con epidemias como el
tifus y la
brucelosis, en tanto que la mortalidad infantil se redujo
drásticamente, de 90 a
56 por mil.
Carrillo basó el
rol del
Estado en materia sanitaria sobre tres pilares: medicina preventiva,
medicina
social y atención materno-infantil. Además, elaboró un diseño
arquitectónico
desconocido en el país y bajo ese concepto se crearon 234 hospitales o
policlínicos gratuitos espaciosos y funcionales.
Otro de los
legados del
neurocirujano y neurobiólogo que se mantienen hasta hoy es la división
de Argentina
en regiones sanitarias, lo que contribuyó a desarrollar una estrategia
específica para cada zona a partir de la centralización normativa y la
descentralización ejecutiva.
Tras el
derrocamiento de
Perón, en 1955, la dictadura instalada bajo la falaz denominación de
Revolución
Libertadora lo acusó de enriquecimiento ilícito y, a pesar de que el
sanitarista justificó todos sus bienes, sufrió confiscaciones y una
persecución
que le obligó a abandonar el país para trabajar en Brasil, donde
falleció a los
50 años.
“Las infamias de
las que fue
víctima este gran médico y profesor continuaron incluso luego de su
desaparición física, como ocurrió con muchos de los que estuvieron
comprometidos
desde sus orígenes con el peronismo. Aunque en forma tardía, el
reconocimiento
llegó, tanto durante el tercer gobierno de Perón (1973-1974) como en
2006, que
fue declarado por el Gobierno Nacional como ‘Año de Homenaje a Ramón
Carrillo’”,
especificó Manzur.
El
ministro de Salud de la
Nación
concluyó: “Si bien hay centenares de frases vertidas por este hombre
extraordinario que valen la pena rescatar del olvido, hay una que
quizás
sintetice como ninguna su pensamiento: ´Frente a las enfermedades que
genera la
miseria, frente a la tristeza, la angustia y el infortunio social de
los
pueblos, los microbios, como causas de enfermedad, son unas pobres
causas’".
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Buenos Aires, 20
de diciembre de 2012
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General de Información
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